Hace un año, pensaba que mi futuro era escribir código perfecto. Ahora sé que mi verdadera pasión es crear productos que realmente importen.
Para mí, la gestión de producto es entender a las personas y a sus problemas, y construir soluciones con impacto real. Es un punto de equilibrio entre la visión de negocio, la experiencia de usuario y la capacidad técnica.
Mi base técnica me ayuda a comunicarme con equipos de desarrollo, estimar complejidades y tomar decisiones informadas. Pero mi motivación principal es el "por qué" detrás de cada funcionalidad.
Quiero construir productos que la gente ame usar. Eso requiere foco, empatía y una obsesión sana por el usuario. Ahí es donde me veo aportando más valor.