Trabajar en eventos con Catering Rey me enseñó lecciones que nunca imaginé aplicar en el mundo tech. Coordinar equipos bajo presión, resolver problemas sobre la marcha y mantener la calma fueron mi día a día.
Gestionar un equipo de desarrollo no es tan diferente: comunicación clara, anticipación de problemas y capacidad de pivotar cuando las cosas cambian. La clave está en la transparencia y el foco en el objetivo común.
Ese entrenamiento en situaciones de alta exigencia moldeó mi estilo de liderazgo: empático, práctico y orientado a resultados. Hoy lo aplico a equipos digitales para construir productos con impacto.