Después de trabajar principalmente con PHP vanilla, descubrir Laravel fue como encontrar la herramienta que no sabía que necesitaba. Más allá de lo técnico, me atrapó su filosofía.
La elegancia del código, la convención sobre configuración y la consistencia del ecosistema hacen que construir sea más disfrutable y predecible. Eso no solo mejora la velocidad de desarrollo, también la calidad del producto.
Esta idea me llevó a una reflexión: los mejores productos no solamente funcionan bien, también son un placer de usar. Laravel me enseñó a valorar lo invisible: las pequeñas decisiones que hacen grande una experiencia.
Como futuro Product Owner, quiero llevar esa obsesión por la experiencia al producto: claridad, consistencia y foco en lo esencial.